Cuando hay una resonancia entre las vibraciones del cuerpo y las del entorno, esa sincronía promueve la sanación.
El término resonancia hace referencia a la frecuencia en la que un determinado objeto vibra, provocando una vibración similar en otro cuerpo. Es decir, es la capacidad que tiene una frecuencia de modificar a otra frecuencia, como por ejemplo lo que sucede cuando una gota de agua cae en un estanque sereno.
El principio de resonancia lo vemos cuando decimos: Dios los cría y ellos se juntan. Es decir, la gente al relacionarse adquiere cualidades similares. Por ejemplo, unas personas que se vean cada día, acabarán compartiendo gestos, palabras, creencias,… Eso se debe a que acaban ajustando sus ritmos, sus frecuencias.
Otro ejemplo de resonancia lo vemos cuando un ejercito (generador) cruza un puente (resonador). Si todos van en formación, al mismo paso, el puente se puede caer; pero si rompen la formación, el puente permanecerá intacto. Por eso, todos los ejércitos rompen la formación al pasar por un puente.
De igual manera un cantante, al emitir un sonido con la voz, puede romper una copa de cristal. Esa rotura no ocurre como consecuencia de la intensidad del sonido, sino fundamentalmente debido a que el cantante emite un sonido que contiene una frecuencia igual a la frecuencia natural de la copa.
En el cuerpo humano sucede lo mismo. Un órgano sano tiene una frecuencia que armoniza con el resto del cuerpo; por el contrario, un órgano enfermo no vibra en armonía, ya que tiene un patrón de sonido diferente. Sin embargo, determinados sonidos pueden ayudar a repararlo energéticamente, facilitando su resonancia con el resto del cuerpo.
A través del principio de resonancia, se puede utilizar el sonido para cambiar las frecuencias no armónicas del cuerpo a fin de convertirlas en...
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