La música como terapia ha de ser:
• De volumen medio, ni demasiado bajo ni demasiado alto.
• No debe ser ni novedosa ni muy familiar. No hay que escucharla poco ni demasiado.
• No se debe escuchar durante demasiado tiempo, ya que, por ejemplo, la música grave no rítmica es sedante, pero si se escucha mucho tiempo puede generar estados de apatía y pesimismo.
• La música tiene que evocar...
• Los sonidos más beneficiosos para la salud son...
• Los kotodamas (y mantras), los cantos armónicos de las diversas tradiciones, el didgeridoo australiano y el tambor africano, pueden alterar el estado de consciencia. Vocalizar el Kotodama “Aeuoi” (un ejercicio presente en este libro), así como tocar un cuenco tibetano pueden inducir fácilmente el Ritmo Alfa (oscilaciones electromagnéticas detectadas por un electroencefalograma que están en el rango de frecuencias de 8 a 12 Hz y que producen un estado de gran relajación).
• Al escoger una música terapéutica no hay que olvidar que la Naturaleza está llena de sonidos relajantes: las olas del mar, la lluvia, el canto de los grillos, las cigarras,…
• Si se quiere inducir el movimiento (bailar, trabajar,…) hay que escuchar música....
• Si se desea canalizar adecuadamente la agresividad para descargar las tensiones hay que...
• Para centrar objetivos y estimular la acción, hay que escuchar la música del elemento Tierra.
• Para obtener relajación y paz, hay que....
• Para estimular el movimiento y expresar los sentimientos, hay que escuchar la música del elemento...
• Para acelerar la recuperación de las contracturas musculares, hay que escuchar...
• Para despertar y despejar la mente, hay que escuchar...
• Para favorecer la iluminación espiritual hay que escuchar...
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Extracto del libro "EL ARTE DE SANAR Reiki Heiwa to Ai®" (Volumen VI)